sábado, 12 de febrero de 2011

Olímpico consiguió una importante victoria ante Peñarol

Derrotó al combinado marplatense por 77-72. Buen debut de Marcelo Richotti.
André Laws, fue la principal figura del Club Ciclista Olímpico. (Foto La Banda Diario).
Después de siete partidos, el Club Ciclista Olímpico volvió a la senda del triunfo y lo hizo ante un grande. Anoche derrotó con justicia a Peñarol de Mar del Plata por 77-72. Marcelo Richotti tuvo un buen debut en el estadio Vicente Rosales.
El primer cuarto fue un partido bastante parejo, pero sobre el final Peñarol se fue al descanso 25-21. En esta primera etapa el local jugó bien pero algunos fallos de los jueces definieron la suerte a favor de la visita.
Los primeros minutos del segundo cuarto mostraron al combinado dirigido por la Oveja Herández superior a Olímpico; rápidamente sacó 8 puntos de ventaja.
Richotti pidió minuto, para acomodar a su equipo. El tiempo muerto fue efectivo, ya que el Negro mejoró y limó diferencias; pero en los instantes decisivos, Peñarol estuvo más fino y cerró el segmento a su favor, para irse al descanso largo en ganancia por 46-41.
El tercer cuarto, fue de bajo nivel por parte de ambos equipos. Ninguno de los dos exhibía un juego vistoso; a pesar de esa irregularidad los marplatenses continuaban arriba en el marcador.
Sin embargo sobre el final, apareció Kanté, quien desplegó una gran labor permitiendo que el Negro pase a ganar el encuentro por un simple, 60-59.
El último parcial favoreció al conjunto dirigido por Richotti. De entrada marcó dos triples importantísimos, uno de Diego Guaita y el restante de André Laws, quien de a poco se iba convirtiendo en figura.
Los jugadores de Olímpico se sacrificaron en defensa y seleccionaron los tiros de media distancia, argumentos suficientes para derrotar a un duro rival que luchó hasta el final de la mano de Lamonte.
En Olímpico se destacó André Laws con 17 puntos; lo siguieron Djibril Kanté y Kily Romero con 14 goles cada uno.
Cabe destacar que el goleador del partido fue Lamonte con 20 tantos.

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Ser bandeño

Ser bandeño, no es simplemente haber nacido en La Banda, es sentirse parte de ella, es reconocer su perfume, sus colores, su melodía, es extrañarla si se está lejos, es emocionarse al escuchar el tradicional vals interpretado por uno de sus hijos, el inolvidable Carlos Carabajal.

Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.

El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.

Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.

Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.

Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.

Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.


Autor: Mariela Lizondo