martes, 26 de abril de 2011

Un encuentro digno del recuerdo fue La Gran Peña de Los Copla

Además del Dúo Coplanacu, actuaron Tanta, Cantos del Alma, La Calle, Dúo Bravo-Degano, La Mistik, La Brasa, Claudio Acosta y Marcelo Toledo.

Ante una buena concurrencia, y como viene sucediendo desde hace varios años, anoche se llevó a cabo el espectáculo denominado La Peña que contó con la estelar actuación del Dúo Coplanacu.

Cabe recordar que este show, surgió como una forma de brindar una opción turística a las personas que llegan a la provincia con motivo de visitar a sus familiares en Semana Santa.

Durante varias horas el público presente, en su mayoría jóvenes, disfrutó de la propuesta musical de Marcelo Toledo; La Mistik; La Calle; Cantos del Alma.

También mostraron su arte el Dúo Bravo-Degano; Claudio Acosta; Tanta y La Brasa.

El final llegó de la mano del Dúo Coplanacu, verdaderos embajadores de la música santiagueña quienes presentaron un espectáculo de alto nivel.

La oportunidad fue propicia para presentar varias canciones de su última producción discográfica, lo cual deleitó a todos los presentes

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Ser bandeño

Ser bandeño, no es simplemente haber nacido en La Banda, es sentirse parte de ella, es reconocer su perfume, sus colores, su melodía, es extrañarla si se está lejos, es emocionarse al escuchar el tradicional vals interpretado por uno de sus hijos, el inolvidable Carlos Carabajal.

Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.

El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.

Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.

Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.

Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.

Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.


Autor: Mariela Lizondo