viernes, 4 de febrero de 2011

León Gieco brilló en la primera noche salamanquera

También se lucieron Abel Pintos; Los Nombradores del Alba y Dúo Coplanacu.
León Gieco, fue el artista más destacado de la primera noche. (Foto La Banda Diario).
Más de 15 mil personas disfrutaron de una primera noche inolvidable de la XX edición del Festival Nacional de La Salamanca. En esta primera jornada el Supay sucumbió ante el potente rugido de León Giego.
Todo comenzó puntualmente a las 22 horas, con la actuación del ballet Sabor a Tierra, dirigido por el profesor Luis Ruiz, quien fue el encargado de la apertura.
Luego siguieron las actuaciones de Carlos Roldán; de Soles y Lunas; Los de Cafayate; Los Changos; Pochi Chavez entre otros.
También se vivió un show especial con la actuación del senegales Abdulai, quien junto a un grupo de artistas de Frías brindó un bueno show de música africana fusionada con el folclore.
Sublime
Minutos después de la una de la madrugada llegó un momento especial.
El escenario Jacinto Piedra recibió a una de las figuras emblemáticas de la música nacional como lo es León Gieco, quien brindó un espectáculo de gran nivel.
En primer término agradeció a la Casa de Arte y Cultura con educación inclusiva Sixto Palavecino, por haberle entregado una talla realizadas por jóvenes con capacidades diferentes.
Luego invitó al grupo Ojos de Cielo (representantes del Mundo Alas, en La Banda) y rindió un homenaje a Mercedes Sosa.
Los tributos continuaron a Antonio Tormo; Jorge Cafrune; Víctor Jara entre otros, en compañía de Las Guitarras del Amor.
Seguidamente Gieco, invitó al grupo de rock D-Mente y elevó a las más de 15 mil personas que copó Sarmiento.
Junto a estos rockeros, el santafesino interpretó sus más grandes éxitos, pero con un sonido muy distinto: el heavy metal, el cual fue muy aprobado por todo el público.
Así pasaron canciones como “El Fantasma de Canterville”; “En el país de la Libertad”; “El ángel de la bicicleta”, entre otras obras de Gieco.
Hay que destacar que en todo el espectáculo el artista lució una gorra del Mocase ya que este organismo está celebrando 20 años.
Como no podía ser de otro modo, el final fue a puro rock and roll y con toda la gente bailando la música de un León que se “comió” el estadio Ciudad de La Banda.
Sigue la fiesta
Otros de los momentos importantes fue la actuación de Los Carabajal, quienes presentaron su último CD “Sin Fronteras”.
El tradicional cuarteto bandeño, interpretó sus nuevas creaciones y también sus clásicos.
Además, rindieron un sentido homenaje a Koli Arce; el tributo se realizó junto a los músicos del creador del Quinteto Imperial, el tema elegido fue “Doble Vida”, una canción que ha recorrido toda Latinoamérica hasta convertirse en el número uno en Colombia y Venezuela.
Luego Cali; Musha; Walter y Blas, invitaron al intendente Ruiz para interpretar dos chacareras y de esa forma concluir su presentación.
La gran revolución
Llegó de la mano de Abel Pintos, el consagrado intérprete (está celebrando sus 15 años con la música) cantó parte de su última producción “Revolución” y sus hits.
Con su carisma característico el artista ratificó su romance con el público santiagueño y en especial el bandeño que prácticamente lo ha adoptado “como un hijo”.
Durante más de una hora el público vibró al ritmo de uno de los músicos más importantes que tiene el país.
Sentido homenaje
Luego llegó otro momento emotivo. Alrededor de las cinco de la madrugada subieron al escenario Jacinto Piedra Los Nombradores del Alba (integrado por Nacho; Daniel y Facundo Toro).
Este tridente le rindió un sentido homenaje a Daniel Toro y a los Cantores del Alba, grandes referentes del folclore nacional.
Antes de concluir su espectáculo miembros del Concejo Deliberante entregó una plaqueta recordatoria a Facundo Toro y a Daniel Campos (hijo del gran Tutu Campos).
El final estuvo a cargo del Dúo Coplanacu. Cabe destacar que este grupo es el único con asistencia perfecta.
Julio Paz y Roberto Cantos, deleitaron a los presentes con sus clásicos temas.
A pura fiesta terminó la primera noche, la cual convocó a una gran multitud.

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Ser bandeño

Ser bandeño, no es simplemente haber nacido en La Banda, es sentirse parte de ella, es reconocer su perfume, sus colores, su melodía, es extrañarla si se está lejos, es emocionarse al escuchar el tradicional vals interpretado por uno de sus hijos, el inolvidable Carlos Carabajal.

Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.

El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.

Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.

Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.

Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.

Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.


Autor: Mariela Lizondo