martes, 1 de febrero de 2011

Ovación para la Delegación Santiagueña en la décima luna coscoina

La Comisión Municipal de Folklore debió suspender la movena luna por la abrumadora lluvia que reino la noche del domingo pasado. Siendo necesario reprograr a los artistas que no pudieron actuar y posibilitando a su vez que los espectadores con la entrada del día domingo pudieran disfrutar del espectáculo de anoche.

A su vez, se comunicó que el espectáculo Los Nocheros – Tekis se programa para el día 6 de febrero, pudiendo ingresar con la entrada del día domingo. En caso que el público no pueda asistir se hará devolución de las mismas.

Por su parte, se vió la entrega y calidad de los artistas nuestros unidos en la Delegación de Santiago del Estero, desplegando danza y música de corazón y exelencia.

Además, la presencia de lujo del Dúo Coplanacu alegró y confirmó el cariño de un país, reunido en la plaza madre del folklore nacional.

No quedó un bailarín sentado. Julio y Roberto compartieron lo mejor de su repertorio, caracterizado por la simpleza y la calidad.

Oscar Mercado en armónica y Marta Nazar en voz, Maximiliano Valdéz Petroff en danza y Ariel "Goma" Herrera en percusión, solo algno de los integrantes de esta agrupación que apasionada llevó el calor santiagueño a la Plaza Próspro Molina

Foto: Terraviva
Fuente: Terraviva

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Ser bandeño

Ser bandeño, no es simplemente haber nacido en La Banda, es sentirse parte de ella, es reconocer su perfume, sus colores, su melodía, es extrañarla si se está lejos, es emocionarse al escuchar el tradicional vals interpretado por uno de sus hijos, el inolvidable Carlos Carabajal.

Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.

El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.

Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.

Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.

Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.

Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.


Autor: Mariela Lizondo