jueves, 24 de marzo de 2011

La Dirección de la Juventud desplegó su proyecto “Borrando Fronteras” en Sachayoj

En la oportunidad desarrollaron diversas actividades cuyo eje principal fueron los Derechos Humanos.
Foto: Red Social Face
El pasado fin de semana, los integrantes de la Dirección de la Juventud, desarrollaron con éxito en la localidad de Sachayoj el programa denominado “Borrando Fronteras”.
Al respecto los responsables de la iniciativa comentaron que el eje central de las actividades estuvo relacionado con la temática de los Derechos Humanos.
Los miembros de la Dirección de la Juventud señalaron que tuvieron la posibilidad de trabjar con niños de 4 a 12 años con quienes desarrollaron actividades lúdicas y creación de murales expositivos. También llevaron a cabo actividades deportivas y recreativas con jóvenes.
Por la tarde se desarrolló la charla–debate sobre Derechos Humanos, la cual se focalizó sobre sus lineamientos generales, las luchas y conquistas a través de la historia, como así también la participación de los jóvenes en la construcción y el fortalecimiento los Derechos Humanos en la sociedad.

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Ser bandeño

Ser bandeño, no es simplemente haber nacido en La Banda, es sentirse parte de ella, es reconocer su perfume, sus colores, su melodía, es extrañarla si se está lejos, es emocionarse al escuchar el tradicional vals interpretado por uno de sus hijos, el inolvidable Carlos Carabajal.

Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.

El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.

Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.

Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.

Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.

Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.


Autor: Mariela Lizondo