Personal de la Seccional 32ª de Nueva Esperanza se encuentra investigando el asesinato de una joven. El cuerpo fue hallado en la tarde de este martes, en una zona montuosa ubicada a 300 metros del domicilio de la víctima. El escalofriante episodio se registró en la localidad de Villa Nueva (Dpto. Pellegrini), indicaron fuentes policiales.
De acuerdo con la información obtenida por La Banda Diario el cuerpo fue identificado como María Pavón de 24 años.
Voceros consultados comentaron que Luis Pavón, puso en conocimiento que su hija había desaparecido -el pasado jueves- de su hogar y no había regresado a su hogar.
Los guardianes del orden iniciaron una profunda investigación; es así que ayer lunes, en la localidad de Monte Quemado -ubicado a 40 kilómetros de Nueva Esperanza- hallaron una motocicleta marca Mondial propiedad de la joven desaparecida.
Continuando con la búsqueda, este martes alrededor de las cuatro de la tarde, los uniformados hallaron el cuerpo sin vida de María Pavón en una zona montuosa distante a tan sólo 300 metros del domicilio de ésta.
Por estas horas, los pesquisas están tratando de determinar cómo habría sido asesinada la mujer y quién sería el responsable del homicidio.
En este sentido trascendió que el ex concubino de Pavón (cuya identidad no se dio a conocer) es buscado intensamente por los uniformados.
Por último se indicó que en el lugar del hecho trabajó personal de la Seccional 32 y las pericias de rigor fueron realizadas por numerarios de la Sección Criminalística de la UR2.
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Ser bandeño
Ser bandeño, no es simplemente haber nacido en La Banda, es sentirse parte de ella, es reconocer su perfume, sus colores, su melodía, es extrañarla si se está lejos, es emocionarse al escuchar el tradicional vals interpretado por uno de sus hijos, el inolvidable Carlos Carabajal.
Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.
El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.
Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.
Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.
Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.
Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.
Autor: Mariela Lizondo
Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.
El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.
Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.
Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.
Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.
Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.
Autor: Mariela Lizondo
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