domingo, 3 de abril de 2011

Los Carabajal dignos embajadores de La Cuna de Poetas y Cantores

Anoche, la tradicional agrupación se presentó en el Festival del Rosquete que se realizó en la ciudad de Loreto. También se presentaron Los Kijanos; Marcelo Mitre; Daniel El Pulpo Heredia; Claudio Acosta, entre otros números.
En la jornada de anoche, y ante una importante cantidad de personas, se llevó a cabo una edición del Festival del Rosquete. En la oportunidad el grupo Los Carabajal recibió una distinción.
Como viene sucediendo desde años, Loreto recibió con sus brazos abiertos las personas que concurrieron a la ciudad para disfrutar del folclore y de las costumbres de este suelo.
Ya entrada a la madrugada, piso el escenario uno de los grupos emblemáticos del folclore santiagueño: Los Carabajal.
La agrupación integrada por Mario; Cali; Walter Carabajal y Blas Sansierra interpretaron temas de su última producción discográfica titulada “Sin Fronteras”.
Por espacio de una hora, la Capital del Rosquete se pobló de chacareras, zambas, gatos, escondidos, carnavalitos entre otros ritmos que hicieron las delicias de los loretanos.
Otro momento especial se vivió con la actuación de Los Kijanos. El dúo cautivó con sus voces y su particular forma de interpretar las canciones.
También estuvieron artistas de la talla de Daniel El Pulpo Heredia; Marcelo Mitre; Claudio Acosta y Los del Río, quienes le brindaron jerarquía a este festival del interior de la provincia.
Cabe destacar que la organización de este encuentro folclórico para el 2012 está pensando  en realizar algunos cambios. Como por ejemplo que la fiesta se realice en febrero o marzo y que dure dos o tres días.

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Ser bandeño

Ser bandeño, no es simplemente haber nacido en La Banda, es sentirse parte de ella, es reconocer su perfume, sus colores, su melodía, es extrañarla si se está lejos, es emocionarse al escuchar el tradicional vals interpretado por uno de sus hijos, el inolvidable Carlos Carabajal.

Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.

El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.

Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.

Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.

Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.

Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.


Autor: Mariela Lizondo