domingo, 6 de septiembre de 2015

El clásico terminó en escándalo

El gol de Mauro Matos en el minuto 90 del clásico entre Boca y San Lorenzo en la Bombonera conmovió los ánimos de un equipo "Xeneize" que había sido superior en el campo de juego durante gran parte del encuentro.
Una vez que Fernando Echenique decretó el final del encuentro, se desató la furia de los jugadores locales, ante los festejos de sus pares del "Ciclón", quienes explotaron de alegría por un triunfo que les valió la cima del certamen en soledad.
Esa celebración exaltada por parte del plantel visitante derivó en escándalo y violentos cruces entre los jugadores de ambos equipos. Daniel 'Cata' Díaz fue uno de los más enojados: no solo intercambió insultos con Sebastián Blanco, sino que hasta le lanzó un manotazo en el rostro.
Diego Markic, ayudante de Rodolfo Arruabarrena, y otros integrantes del plantel también se vieron obligados a separar a otros jugadores, entre ellos, Marcelo Meli, quienes querían ir a pelearse con los de San Lorenzo.
Finalmente, los ánimos se calmaron, los jugadores se retiraron al vestuario y la imagen que se destacó en el cierre fue la del llanto del juvenil Rodrigo Bentancur, quien dejó el campo de juego visiblemente abatido por su error en el final, el cual derivó en el gol de Matos.
Playfútbol

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Ser bandeño

Ser bandeño, no es simplemente haber nacido en La Banda, es sentirse parte de ella, es reconocer su perfume, sus colores, su melodía, es extrañarla si se está lejos, es emocionarse al escuchar el tradicional vals interpretado por uno de sus hijos, el inolvidable Carlos Carabajal.

Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.

El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.

Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.

Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.

Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.

Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.


Autor: Mariela Lizondo