lunes, 7 de septiembre de 2015

Fin de semana a puro Teatro en La Casa

Este segundo fin de semana de Septiembre el Teatro La Casa abre sus puertas nuevamente, en el marco del XV Encuentro de Profesores de Teatro “Dramatiza”, para ofrecer sus últimas producciones teatrales “El que borra los nombres” y “Un Pozo de Ojos”, en su sala ubicada en la calle San Lorenzo 2723 (casi Suárez).

Viernes 11/09, 22:00 Hs: “Un Pozo de Ojos”
Basada en la obra escrita por Sacha Barrera Oro, bajo la dirección de Yan Pilán y con la actuación de Mauricio Sarmiento, esta original propuesta de teatro-danza plantea la incapacidad del ser humano de poder ver lo nuevo. El duelo que esto genera en él y en quién lo observa. La ceguera es el hilo conductor de la propuesta.

Sábado 12/09, 22:00 Hs: “El que borra los nombres”
Con dirección y puesta en escena de Yan Pilán, y las actuaciones de Kristian Liendo y Carolina Ábalos Santillán, la sinopsis describe a la obra como “una metáfora alertante de un sistema no visible, que amenaza y elimina; reflejo de un pensamiento de una sociedad que se convierte en su propia víctima”.

Sobre el Teatro La Casa
Teatro La Casa funciona como una comunidad teatral donde trabajan un grupo de doce personas. En abril de 2013 reinaguraron su sala independiente, con capacidad para 120 espectadores, donde se brinda el espacio para talleres de danza, música, cineclub, entre otras actividades artísticas. Su fundador, Yan Pilán, es actor, director y dramaturgo de teatro. Entre sus obras más destacadas se encuentran “Yo… el peor de todos?” (2001), “Resistir” un homenaje a Sábato (2008), “Yo soy, soy yo”, en el marco de Teatro por la Identidad; y “Procedimiento Negativo”, en el marco de Teatro por la Memoria (2014).

Entradas en Venta

Las entradas están en venta, y por esta ocasión se hará una promoción de $70 por las dos obras. En puerta la entrada tendrá un valor de $50. Por reservas llamar al número 0385-156974660.

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Ser bandeño

Ser bandeño, no es simplemente haber nacido en La Banda, es sentirse parte de ella, es reconocer su perfume, sus colores, su melodía, es extrañarla si se está lejos, es emocionarse al escuchar el tradicional vals interpretado por uno de sus hijos, el inolvidable Carlos Carabajal.

Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.

El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.

Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.

Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.

Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.

Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.


Autor: Mariela Lizondo