lunes, 7 de septiembre de 2015

Un nuevo curso sobre Metodología de la Investigación Social y Educativa se dictará en el Pecunse


La premisa sobre la que se asienta esta propuesta es la que parte de reconocer que, dados los avances producidos en los últimos tiempos, la investigación es inescindible de la labor docente.

La actividad forma parte del Programa de Educación Continua (PECUNSE) de la Universidad Nacional de Santiago del Estero y se desarrollará en dos jornadas, los días sábados, a partir del 12 del corriente.

Estará a cargo del Lic. en Ciencias Políticas y Sociales y Dr. en Sociología, Pedro W. Orieta, catedrático de larga trayectoria, quien, además de haber dictado cursos sobre esta temática en diferentes escenarios del país. Fue también docente a cargo de Sociología en varias Universidades, entre ellas, la Nacional de la Patagonia, sede en Ushuaia, UCSE y UNLA en Lanús, donde actualmente es Profesor de Sociología de las Organizaciones, al tiempo que, como capacitador del INAP, Instituto Nacional de la Administración Pública, ejerce el rol de contenidista y tutor a distancia, de Cursos de Planificación Estratégica y Gestión por Resultados. Asimismo, en su larga carrera profesional, fue Director y evaluador de Tesis de Grado y de Posgrado.

El curso a dictar se orienta a sensibilizar y capacitar sobre la Metodología y Técnicas de Investigación Social. Qué no es y qué es investigación; qué se entiende por Proyecto y Proceso de Investigación; cómo se elabora el Marco Teórico; cómo se define y justifica el problema, luego de tener escogido el tema de la investigación; la selección del camino a seguir, es decir tipo de diseño a adoptar; determinación del universo; extracción de muestra si es necesaria; fijación de objetivo general y específicos; definición conceptual y operacional de las variables; selección de las técnicas adecuadas de recolección de datos; y todos los mecanismos para procesamiento y análisis de los datos; diseño de los instrumentos (cuestionarios de encuesta o entrevista, o guías tanto para entrevista como para análisis documental), todo ello formará parte de los contenidos de este curso.

Para mayor información comunicarse con el docente, Pedro Walter Orieta, al número de celular 156974242, o a la oficina del Pecunse al 4509533.

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Ser bandeño

Ser bandeño, no es simplemente haber nacido en La Banda, es sentirse parte de ella, es reconocer su perfume, sus colores, su melodía, es extrañarla si se está lejos, es emocionarse al escuchar el tradicional vals interpretado por uno de sus hijos, el inolvidable Carlos Carabajal.

Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.

El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.

Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.

Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.

Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.

Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.


Autor: Mariela Lizondo