martes, 8 de febrero de 2011

La fuga de un preso generó preocupación en la comunidad

Esperan que se mejore la seguridad de la Alcaidía de la Unidad Regional 2.
Foto archivo: La Banda Diario
La fuga de un detenido, ocurrido el fin de semana encendió la luz de alarma sobre la seguridad existente en la Alcaidía de la Unidad Regional 2.
Por estas horas, personal policial de la Brigada de Investigaciones y de las distintas comisarías del área se encuentran abocados en la búsqueda de Cristian Centeno de 25 años.
Extraoficialmente se supo que el malviviente se fugó luego de limar las rejas de su celda. Este fue un trabajo de varios días, de acuerdo con la versión obtenida.
No es la primera vez que Centeno se fuga, en menos de dos meses esta es la segunda oportunidad y los pesquisas no pueden dar con su paradero.
Alarma 
Esta situación ha generado una preocupación con respecto a la seguridad existente en la alcaidía.
Sobre este punto, extraoficialmente trascendió que las rejas de la mayoría de las celdas no son seguras; como si fuera poco, una pared no estaría en condiciones, a esto se debe sumar el escaso número de policías que trabajan en el lugar.
Estas dificultades han generado preocupación y la comunidad espera una pronta solución a estos problemas.

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Ser bandeño

Ser bandeño, no es simplemente haber nacido en La Banda, es sentirse parte de ella, es reconocer su perfume, sus colores, su melodía, es extrañarla si se está lejos, es emocionarse al escuchar el tradicional vals interpretado por uno de sus hijos, el inolvidable Carlos Carabajal.

Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.

El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.

Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.

Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.

Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.

Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.


Autor: Mariela Lizondo