martes, 19 de abril de 2011

El patentamiento de motos creció 78% en marzo

La Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) informó hoy que el número de moto vehículos patentados durante marzo ascendió a 63.692 unidades, lo que representa un incremento del 78% comparado con igual mes de 2010
Foto: La Banda Diario
Estas cifras ratifican e incrementan notoriamente la tendencia de crecimiento de todo el año 2010, que finalizó estableciendo el máximo histórico de patentamientos de la actividad, con 559.816 unidades”, destacó la entidad.
Frente a febrero, el crecimiento en el patentamiento de motos llega a 5%, “lo que indica que la demanda, además de interanual, también crece de forma consecutiva”.
De esta forma, agregó ACARA, el acumulado de los primeros tres meses de este año se ubica en 193.906 unidades, esto es 78% más que en enero-marzo del año pasado.
Dante Alvarez, presidente de la asociación, destacó al respecto “el gran momento que está teniendo el sector de los moto vehículos” y lo atribuyó a motivos reglamentarios y de mercado.
“En primer lugar, luchamos por la implementación de la obligatoriedad de patentar todos los modelos comercializados en las concesionarias, lo que tuvo una gran incidencia para recuperar y dar un fuerte impulso al mercado”, dijo Alvarez.
Esto, agregó, “se complementó con un aumento de la demanda genuina, que entre otros factores, fue por una mayor oferta de financiamiento para adquirir las unidades”.
De acuerdo con la estadística difundida, cuatro empresas concentraron en marzo más de la mitad del total de patentamiento de motos: Motomel, 14,5%; Zanella, 13,8%; Honda, 12,5%; y Guerrero, 10,3%.
El titular de ACARA propuso “avanzar en la reglamentación del sector en todo lo referido a la producción, comercialización e importación de las motos, mediante la instrumentación de reglas claras para sostener a los actores formales del mercado”.
Alvarez consideró que “este es ahora el gran tema pendiente para estimular y desarrollar la actividad tanto para las fabricas terminales radicadas en el país, las importadoras de marcas internacionales con representaciones formales en nuestro mercado y para las concesionarias”.
La prioridad de estas últimas, concluyó, “es garantizar a sus clientes su responsabilidad sobre las motos que se comercialicen”.
Fuente: Telam

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ser bandeño

Ser bandeño, no es simplemente haber nacido en La Banda, es sentirse parte de ella, es reconocer su perfume, sus colores, su melodía, es extrañarla si se está lejos, es emocionarse al escuchar el tradicional vals interpretado por uno de sus hijos, el inolvidable Carlos Carabajal.

Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.

El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.

Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.

Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.

Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.

Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.


Autor: Mariela Lizondo