sábado, 16 de abril de 2011

Emotivo recibimiento al Señor de Mailín y a la Virgen de Sumampa

Ambos se encuentran visitando la ciudad en el marco del 38 Aniversario de los Bomberos Voluntarios.
Personas de todas las edades, se acercaron hasta las imágenes para tomar gracia. (Foto La Banda Diario).
Desde ayer, las imágenes de Nuestro Señor de los Milagros de Mailín y de Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa se encuentran en la ciudad derramando bendiciones a todos los bandeños.
Tal como estaba previsto, alrededor de las cinco de la tarde, arribaron a la Cuna de Poetas y Cantores y recorrieron las calles de la ciudad.
Posteriormente las imágenes de Mailín y de la Virgen María, fueron entronizadas en el cuartel de los Bomberos Voluntarios donde permanecerán hasta hoy por la tarde.
Cabe indicar que una importante cantidad de personas, se llegó a la mencionada institución para tomar gracia y para agradecer los favores recibidos.
Para este sábado, está previsto una misa la cual será presidida por el obispo Francisco Polti, quien estará acompañado por los sacerdotes del Decanato Banda.

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Ser bandeño

Ser bandeño, no es simplemente haber nacido en La Banda, es sentirse parte de ella, es reconocer su perfume, sus colores, su melodía, es extrañarla si se está lejos, es emocionarse al escuchar el tradicional vals interpretado por uno de sus hijos, el inolvidable Carlos Carabajal.

Ser bandeño es reconocer que se forma parte de una historia en torno a las vía férreas, habiendo caminado por el andén o visto pasar el tren desde el alto nivel, es recordar aquellas despedidas o bienvenidas en la estación, es entristecerse cuando se supo que el silbido de la locomotora dejaría de sonar o sentir el galope del corazón cuando vio que la máquina regresaba.

El bandeño, forma parte de una provincia llamada Santiago del Estero, pero aclara que es de La Banda y sería la persona más feliz si por algún decreto la ciudad fuera declarada “República” aunque fuera por una única vez.

Ser bandeño es llevar en el corazón los colores de Sarmiento, Central Argentino, Agua y Energía, Villa Unión o Banfield. Es enarbolar las banderas de Olímpico y de Tiro o sentirse parte de cada una de las instituciones que conforman esta ciudad.

Un bandeño es aquel que disfruta de las siestas al lado del balneario, de las zambas y chacareras en Los Lagos con la familia Carabajal, el que goza sus vacaciones noche a noche en La Salamanca, el que celebra la fiesta de su ciudad como si fuera propia.

Ser bandeño es tener respeto por aquellos que hicieron la historia y la cultura, es recordar a Domingo Bravo, Dino Taralli, Adela Llugdar, Blanca Irurzum, Nelly Orieta, Apalo Villalba, Martín Rodríguez, Pablo Raúl Trullenque, Cristóforo Juárez y tantos otros que dejaron un lazo que lo une a lo autóctono y a su sentir.

Ser bandeño no es una cuestión simple, es llevar en la sangre esa tierra prometida que está de Santiago hacia el este cruzando el río Dulce, es defenderla, amarla y elegirla como el lugar en el mundo para vivir y morir.


Autor: Mariela Lizondo